¿Pueden negarme que nunca jugaron “landa”, “escondelero”, “ladrón poli” y demás juegos de aquellos años?
Ahora por la mañana cuando decidí levantarme de mi cómoda cama, fui atraído por unos gritos de niños que venían del pasaje donde vivo, y pues como todo un observador, me acerque a la ventana y moví las persianas, lo que vi, no dejo caer una lágrima en mi rostro, pero mi piel se erizó y mi corazón se aceleró… Había unos siete u ocho niños jugando “ladrón poli” y fue como ver un largometraje de aquellos años de juegos, donde solo importaba tocar el poste o más bien “la base” o sacar a tus amigos ladrones de la cárcel con un toque, viejos y hermosos tiempos.
De pequeño salía a la calle a jugar a los pasajes de la residencial donde pasé mi infancia y recuerdo que comencé a salirme de casa con las tareas hechas o sin haber hecho las tareas de colegio (era más frecuente eso), pero yo me las arreglaba para salir a jugar, con mis amigos que tenían la misma edad que yo o eran enanos del gobierno pero la idea era jugar desde las cinco de la tarde que salía hasta las nueve de la noche que escuchaba el grito de mi padre diciendo que ya me metiera a la casa. Era toda una aventura; primero andábamos en nuestras bicicletas, cuando ya no podíamos mas, íbamos a la tienda por “tortillitas” y un amigo nos daba hojas de jocote, limón, sal y chile; con eso subíamos las energías para los juegos que se venían. “Escondelero” el juego que predominó toda mi infancia, me podía y aun me puedo; bueno si aun existen, cada uno de los escondites que habían, aunque bueno, me tocaba más veces buscar que esconderme.
Y “ladrón poli”, bueno, lo jugamos en la residencial pocas veces, no éramos muchos como para tener una gama de diversión, pero si lo jugaba en el colegio donde estudiaba, y creo que si alguien que lea esto y fue compañero mío, recordara las mañanas antes de las siete de la mañana, jugando “ladrón poli” todos, y cuando digo todos, eran mis compañeros, algunos niños mas y yo en una cancha donde la imaginación nos creaba un sinfín de escenas. Vamos, yo le decía a mi padre que se me apurara en casa para irme a dejar al colegio temprano porque no quería perderme una partida de “ladrón poli”.
Fue en ese momento que imaginé la vida, no, la vida es mucho, mejor la infancia, si, la infancia, la infancia de el próximo “Xavier” en este mundo… Me encantaría enseñarle que buscando es como encontramos los mejores escondites, que no se ponga triste si solo a él le toca buscar, que hubieron personas en la historia del mundo que buscaron y encontraron. Me encantaría enseñarle que aun en un mal momento puedes llegar a tocar “el poste” y decir “un dos tres para mí y para todos mis amigos” y así poder ayudar al que necesitaba de ti.